La tragedia del Covid-19 mata a Agnaldo Timóteo, cantante y político que defendió la dictadura, Lula y Maluf.

cantante y político Agnaldo Timóteo falleció este día 3/4, a los 84 años, por complicaciones del covid-19, luego de estar hospitalizado desde el 17 de marzo. Considerado un cantante con voz fuerte, hacía tiempo que no producía nada relevante como artista, siendo uno de los últimos representantes de un estilo romántico que ha perdido público en las últimas décadas. Pero además de un cantante discutible, Timóteo fue un reaccionario indiscutible.

Como concejal en São Paulo, atacó una propuesta de la entonces ministra de Turismo, Marta Suplicy, para combatir el turismo sexual. Para Agnaldo Timóteo, un turista que llegó a Brasil en busca de prostitución infantil y pedofilia no podía ser considerado un delincuente. Timoteo dijo: “Ahora, Marta Suplicy se hace cargo y su primera propuesta es acabar con este turismo sexual. Por el amor de Dios mi pueblo, ¿van a detener a un turista porque se llevó a una chica de 16 años al motel? ¡Es una broma! Las chicas con un culo grande, pechos como sandía y enrollando una bolsita, luego el turista la toma y pasa la tablilla. Ten piedad ”, dijo (artículo del columnista Leonardo Sakamoto, en UOL). “El tipo [turista] no sabe por qué está allí. No es un criminal, tiene buen gusto”, dijo. Acusado por colegas de relativizar la explotación sexual de adolescentes, pidió que se borren los comentarios de los registros de la Cámara. Pero provocó a una de las concejales, preguntándole cuándo había sido su primera relación. Días después, con la polémica instalada, negó haber defendido el turismo sexual.

Además de defender la explotación sexual de menores por turistas sexuales, Agnaldo Timóteo, como Bolsonaro, ya defendió al coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, reconocido por la Corte de Justicia de São Paulo como torturador durante la dictadura. Durante una reunión de la Comisión de la Verdad del municipio, criticó la labor de búsqueda de huesos en cunetas clandestinas de cementerios: “la forma parcial en la que todo el que va y habla del régimen es insoportable”. “Si encuentras 1.000 cadáveres allí [en el cementerio de muertos por la dictadura] y descubres que uno fue víctima del régimen, debes preguntarte: ¿eras inocente o un terrorista dispuesto a matar? Entonces tienes que estar dispuesto a morir”, dijo. En el mismo año de 2012, ya había ensalzado la dictadura y defendido a los militares que habían “golpeado” a los opositores. “Es una lástima que los medios de comunicación no estén dispuestos a contar las cosas maravillosas que ha hecho en este país el régimen militar”.

Sobre la homosexualidad, en 2017, en un testimonio para el documental “Yo, un pecador”, sobre su vida, Agnaldo Timóteo reveló que tuvo algunos “romances con hombres”, pero, a pesar de eso, no solo dijo que era heterosexual, como era extremadamente homofóbico. “No existe, esto es una mentira”, dijo sobre la cantante Daniela Mercury, quien asumió que era homosexual y se casó con su pareja. “El matrimonio es sólo entre hombres y mujeres. No hay matrimonio entre dos hombres o dos mujeres”.

Un político enemigo de los trabajadores.

El político Agnaldo Timóteo fue el típico oportunista. Fue diputado federal en dos mandatos, concejal de Río de Janeiro durante cuatro años y en São Paulo otros ocho años. Fue miembro del PDT, PDS, PPR, PPB, PP, PR y MDB, además de casi incorporarse al PT, al que fue invitado por Lula.

Timóteo siempre fue partidario del ex gobernador del SP Paulo Maluf (PP), ícono de la derecha más corrupta del país y candidato de la dictadura en las elecciones indirectas de 1985, ganadas por la boleta Tancredo / Sarney. Con el paso de los años, Maluf terminó siendo un aliado del PT y de Lula, ambos lanzando Haddad como candidato a la intendencia de la ciudad de SP. Agnaldo Timóteo ha embarcado junto, y hasta su muerte fue un gran amigo y partidario del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT).

Con el gobierno de Lula como presidente, Timóteo empezó a autodenominarse “auténtico socialista” y defenderlo continuamente. Sus discursos en la Cámara de São Paulo, donde pasó ocho años, estuvieron marcados por este dualismo: elogió a Lula y a la ex presidenta Dilma Rousseff, entonces en el cargo, pero no dejó de hacer referencias al período de la dictadura militar, aclamando la educación básica de entonces, y Paulo Maluf. En 2019 declaró: “Me muero por Lula (…) y Lula dijo: ‘si un día quieres ir al PT, yo firmo el formulario’. Ya firmé, me voy”, dijo.

Es curioso cómo, después de la muerte, todos se convirtien en “santos” en Brasil. Así fue incluso con dictadores como Geisel y Figueiredo, elogiados después de morir incluso por políticos de “izquierda”, como Lula. La muerte de Agnaldo Timóteo es un gran dolor para su familia, amigos y fans, y es parte de la mayor tragedia brasileña de los últimos siglos, ¡con más de 330 mil personas muertas por Covid-19 en el país! Pero eso no puede borrar el lamentable papel que jugaron muchas personas, sobre todo cuando fue figura pública durante más de 50 años y político durante muchos mandatos, como fue el caso de Agnaldo Timóteo.