FUERA JOVENEL MOISES!

Jovenel Moises, que se proclama presidente de la República de Haiti, a pesar que su mandato acabó en febrero del año en curso, sigue en el gobierno porque la ONU, OEA, Core Group y el imperialismo norteamericano lo sostienen. ES um gobierno golpista e ilegítimo.

Internacionales - April 25, 2021

OEA, ONU, CORE GROUP, EEUU, EUROPA IMPERIALISTA Y DEMAS SANGUIJUELAS: SAQUEN SUS MANOS DE TERRITORIO HAITIANO.

Jovenel Moises, que se proclama presidente de la República de Haiti, a pesar que su mandato acabó en febrero del año en curso, sigue en el gobierno porque la ONU, OEA, Core Group y el imperialismo norteamericano lo sostienen. ES um gobierno golpista e ilegítimo.

Hace poco tiempo, el soporte de los distintos gobiernos haitianos era la MINUSTAH, tropa de ocupación internacional, que llegó a contar con el apoyo de algunos presidentes latinoamericanos que se hacían llamar “amigos de Haití”, como Lula en Brasil, Correa en Ecuador y los Kirchner en Argentina.

Al retirarse el aparato de ocupación directa, pero bajo la presencia de países semicoloniales, los imperialistas tienen que actuar a su propio nombre y/o utilizando las tan desacreditadas OEA y ONU.

Como, desde 2018, las movilizaciones de masas no retroceden, a pesar de las bombas y balas que reciben los y las manifestantes de parte de la policía haitiana, tanto Jovenel como los aparatos y gobiernos imperialistas que lo apoyan, organizan bandas criminales para amedrentar al pueblo y activistas haitianos.

Los facinerosos se dedican a secuestrar, asesinar y amedrantar a todo aquel que se destaca en la lucha contra el gobierno de facto y la odiosa presencia de los imperialistas en que se apoya. En los últimos días, el peor escándalo ha sido el secuestro de 12 religiosas y religiosos, algunos de los cuales fueron asesinados. Pero esta acción forma parte de la cotidianidad en los barrios populares de Puerto Príncipe, capital de Haití y en localidades aledañas.

Hace menos de un mes fueron secuestrados dos técnicos de televisión dominicanos que estaban filmando en Puerto Príncipe, capital de Haití. Después de mucha presión diplomática y política los liberaron siendo recibidos por las autoridades de República Dominicana. Eso significa que Jovenel y sus funcionarios tiene mucho que ver con quienes organizan y planifican actividades delictivas.

Sin embargo, las luchas siguen debilitando de manera creciente a Jovenel hasta el punto que su primer ministro, Joseph Jouthe, acaba de renunciar, señalando que los “secuestros son un terremoto para Haití que está causando incertidumbre e inestabilidad política”. Este primer ministro al momento de ser asignado contó con el visto bueno de los aparatos imperialistas y la propia burguesía haitiana. Importante es señalar que este es el 5to primer ministro que deja a Jovenel desde que asumió la presidencia en febrero de 2017.

“PARO NACIONAL PACIFICO”

Para el 15 del mes en curso, amplios sectores de Haití, entre ellos la iglesia católica, el empresariado haitiano y extranjero, grupos políticos, sindicales, populares y otros, llamaron al paro nacional. Y fue todo un éxito.

La salida que plantea el Jovenel y su equipo es rechazada. Hay oposición a que la Constitución sea modificada. La OEA, ONU, Core Group, EEUU, Unión Europea y demás aparatos, envían sus asesores y expertos internacionales para convencer a las masas que es necesario una nueva constitución que “ayude a celebrar elecciones democráticas”. Pero no pegan una.

La consigna es que se vaya Jovenel junto a los aparatos y gobiernos imperialistas que lo sostienen. Eso unifica amplios sectores nacionales. Nosotros, los revolucionarios socialistas, también queremos eso y aplicamos la “unidad para la acción” alrededor de ese punto. Pero diferimos de otros sectores de izquierda en el método. Buscamos que las masas haitianas triunfen con sus movilizaciones e impongan su propia salida.

Como sucedió en el acto religioso celebrado en la iglesia de San Pedro de Pétion-Ville en medio del paro nacional. Miles de hombres y mujeres que asistieron al acto religioso enfrentaron en las calles a la policía haitiana que los recibió con bombas y balas.

LA GRAN AUSENCIA

La clase obrera haitiana resistió heroicamente a las distintas ocupaciones militares yanquis y la sanguinaria dictadura de los Duvalier. Vivió la experiencia con distintos regímenes democráticos, incluso el del Padre Aristides, que surgió de la revolución democrática de 1986, que terminó con la tiranía duvalierista.

La sangría provocada por los colonialistas franceses, norteamericanos y otros países de Europa; una burguesía nacional voraz; y los contantes saqueos de las empresas monopólicas imperialistas empobrecieron la nación haitiana. Cada gobierno que surge es peor que el anterior. No importa el extracto social de sus mandatarios.

Al pueblo haitiano le hace falta que sus heroicas luchas sirvan para tomar a su propio nombre el poder. Que gobierne la clase obrera junto al campesinado y sectores populares. Los haitianos conocen la importancia de contar con una dirección política revolucionaria para llevar cabo sus tareas.

Entre aquellos que dirigieron la lucha contra el colonialismo francés (1791 y 1804) están Toussaint  Louverture, Jean-Jacques Dessaline, Alexandre Petión y demás combatientes que lograron la independencia de Haití. Sin esa dirección constituida por esclavos, que unificó a los oprimidos negros no únicamente en Haití, sino también en toda la región del Caribe, la revolución haitiana no hubiera sido posible.

A pesar de la poderosa maquinaria militar del régimen sanguinario y racista del colonialismo francés, los esclavos se alzaron en armas y se dieron a respetar construyendo su propia patria donde, según su Constitución, “ningún blanco puede ser propietario de tierra haitiana”.

Pues bien, el Haití de hoy, gobernado por una pandilla de criminales y ladrones, por los imperios yanquis y europeos, y los grandes aparatos a su servicio, como ONU, OEA y demás buitres, necesita de una dirección revolucionaria que no claudique.

La ausencia de direcciones respetadas y que se den a respetar impide que los éxitos logrados por el pueblo movilizado se consoliden y que los sectores de la contrarrevolución sean derrotados.

Sacar a Jovenel Moises es tarea de hoy. Dar continuidad al proceso una vez el pueblo lo expulse con sus luchas forma parte de una jornada que debe continuar hasta lograr rescatar definitivamente la independencia y soberanía nacionales haitiana e imponer um nuevo régimen político y nuevas formas de propiedad donde la riqueza sea para los trabajadores(as), campesinos(as) y demás oprimidos.

Solamente así, el pueblo haitiano podrá levantar la bandera de sus libertadores, como Louverture, Dessaline, Petión y la decena de miles de patriotas que dieron su vida por un Haiti libre, y avanzar para um Haiti libre también de la explotación de clase, soberano y socialista.