¡Fuera Bolsonaro! Moro renuncia y presenta evidencia de los crímenes del presidente.

La crisis política estalló en Brasil con la máxima fuerza. El ministro más popular, mejor conocido y considerado un elemento clave para legitimar al gobierno de Bolsonaro como "ético", no solo renunció sino que reveló los crímenes del presidente y presentó pruebas de ellos.

Nacionales - April 26, 2020

La crisis política estalló en Brasil con la máxima fuerza. El ministro más popular, mejor conocido y considerado un elemento clave para legitimar al gobierno de Bolsonaro como “ético”, no solo renunció sino que reveló los crímenes del presidente y presentó pruebas de ellos.

Sérgio Moro, ahora ex ministro de Justicia y Seguridad Pública, se destacó por ser el juez de primera instancia que juzgó y condenó al ex presidente Lula por corrupción, porque Lula aceptó un departamento de lujo de una empresa constructora (OAS) beneficiada por trabajos com sobreprecio en el gobierno del PT. Más tarde, Lula fue arrestado cuando esta condena se mantuvo en el tribunal superior ante el cual apeló, donde la sentencia impuesta por Moro incluso se incrementó, por unanimidad.

Después de ser elegido, Bolsonaro invitó a Moro a ser su “super ministro”, con carta blanca para tomar todas las decisiones que considerara necesarias. En poco más de un año, Moro no hizo nada relevante en el ministerio, trató de aprobar una serie de leyes llamadas “paquete contra el crimen”, que liberarían principalmente a la policía para matar a los pobres que eran “sospechosos”, sin tener que responder por ello; la infame “exclusión de la ilegalidad”. Moro también guardó silencio o defendió las innumerables manifestaciones de Bolsonaro contra las instituciones del Estado burgués que se esperaba que custodiara, como Ministro de Justicia, y Moro también ayudó a esconderse bajo la alfombra todas las investigaciones contra los crímenes de los hijos de Bolsonaro, de él mismo y de su esposa.

Pero ante la crisis económica récord, la postura genocida de Bolsonaro frente a la pandemia de coronavirus y la pérdida general de su popularidad, Moro decidió “saltar del barco”. ¡Salió disparando! Y con acusaciones y pruebas que no dejan dudas: ¡Bolsonaro tiene que ser derrocado!

En su declaración de ruptura con el gobierno, Moro dejó en claro que Bolsonaro hizo todo lo posible para evitar que la Policía Federal investigara los crímenes de sus hijos, así como a los diputados de su base electoral. Bolsonaro exigió despedir al director general de la PF porque él se negó a detener las investigaciones por completo y darle informes diários. Con esto, Bolsonaro dijo que pondría a alguien personalmente alineado con él para encubrir los crímenes. Posteriormente, Bolsonaro negó haber exigido esto, pero admitió que interfirió en dos investigaciones, lo cual ya es ilegal. Sin embargo, Moro respondió y probó que Bolsonaro mintió y que la interferencia fue más general e incluyó el despido del director general del PF para salvar a “12 diputados de Bolsonar”. ¡Hay una impresión de la aplicación whats app que lo muestra!

Bolsonaro intentó cambiar el rumbo al decir que Moro solo quería un lugar en la Suprema Corte, pero Moro también demostró que fue la congresista Carla Zambelli, muy cercana a Bolsonaro, quien le ofreció el puesto si permanecía callado, en una clara propuesta de soborno. Y eso no es todo. Bolsonaro terminó, de hecho, despidiendo al director general de la Policía Federal, sin avisar a Moro, pero puso la firma falsa del ex ministro en la declaración de renuncia.

Estos son crímenes que conducen a la pérdida del mandato y el encarcelamiento, si son juzgados, y la lista es larga: falsedad ideológica; malversación; usar el puesto para servir intereses personales, contra la ley; obstrucción de la justicia por despedir a los que investigan; chantajear ofrecendo oficio a cambio de silencio …

La pandilla de Bolsonaro

Además de los crímenes cometidos por Bolsonaro cuando intentaba despedir al jefe de la PF, lo más grave es lo que intentó ocultar con este despido. Estos son los crímenes de sus hijos, que están siendo investigados por la Suprema Corte y la propia PF, y que pueden llevar a parte de la familia a la cárcel.

Hay 4 investigaciones que le quitan el sueño a la família-pandilla de Bolsonaros: 1) el esquema salarial para empleados fantasmas (incluidos delincuentes organizados) conocido como “rachadinha” en el gabinete del hijo, antes diputado y ahora senador Flávio Bolsonaro; 2) la investigación parlamentaria de Fake News, que muestra la participación del hijo Carlos Bolsonaro, con mentiras, fraude, calumnias y amenazas a través de Internet; 3) la participación de su mejor amigo personal, Fabrício Queiroz, ex asesino de la policía militar, con paramilitares y recaudación de dinero ilícito, incluidos depósitos de cheques en la cuenta de la esposa de Bolsonaro, Michele; y 4) Relaciones íntimas con el ex capitán de la policía y paramilitar Adriano da Nóbrega, un empleado de los Bolsonaros y recientemente ejecutado en una acción conjunta con la policía del PT de Bahía en una obvia “quema de archivos”. Adriano es uno de los sospechosos involucrados en el asesinato la concejala Mariele Franco.

Cada vez que se investiga algo sobre estos casos, hay más evidencia de la participación directa de la familia Bolsonaro, y la más reciente es la revelación por el sitio web de The Intercept Brasil de que Flávio Bolsonaro financió y se benefició de la construcción ilegal de edificios de la milicia (paramilitares) erigidos con dinero público. la investigación provocó que los abogados de Flávio pidieran nueve veces que se suspendiera la investigación, pero hay evidencia de que tres empresas de construcción fueron pagadas con dinero de la oficina de Flávio Bolsonaro. Los cargos son de organización criminal, lavado de dinero y malversación de fondos.

Flávio Bolsonaro recibiría el beneficio de la inversión de los edificios a través de transferencias realizadas por Fabrício Queiroz y Adriano da Nóbrega y, gracias a las construcciones de la milicia, Flávio se enriqueció, pasando de un patrimonio de US$ 5 mil a US$ 350 mil en 2018. Según Intercept, el esquema se basó en Queiroz, quien es designado como el articulador del esquema de “rachadinha”, y confiscó un promedio del 40% de los salarios de los empleados de la oficina de Flávio Bolsonaro, pasando parte del dinero al paramilitar Adriano da Nóbrega, quien sería el jefe de la Oficina del Crimen, una milicia especializada en asesinatos por encargo. Al final, la mayor parte del dinero fue para Flávio Bolsonaro y su família-pandilla.

¡Son todos iguales! Por una salida obrera.

¡Es urgente multiplicar la campaña por Fuera Bolsonaro! Esto es indiscutible y derrocar al presidente corrupto y criminal debilita el proyecto burgués para atacar los derechos de los trabajadores, y crea una correlación de fuerzas más favorable para enfrentar los efectos de la pandemia en la salud de los más pobres y en el empleo y los ingresos de la mayoría de la población.

Pero, a pesar de ser la campaña principal de este momento, no solo necesitamos retirar a Bolsonaro. ¡Hay que echar a él y a su vicepresidente, Mourão, juntos! Y derribar a todo el Congreso también. La mayoría de los parlamentarios aún son reacios a derrocar a Bolsonaro, ya que son harinas de la misma bolsa. Pero podría ser que la crisis empeora y la presión es insostenible hasta el punto de que el Congreso lleva a cabo un despido parlamentario y controlado de solamente Bolsonaro, por destitución (impeachment), como sucedió con los ex presidentes Collor y Dilma.

Estamos en contra de sacar solo a Bolsonaro, lo que no cambia la situación cualitativamente. El derrocamiento de los presidentes debe ser realizado por los propios trabajadores en lucha, a través de sus organizaciones populares, y con la construcción de un gobierno revolucionario de nuestra clase. Pero, si no hay suficiente fuerza para derrocar directamente por las masas, pero precisamente debido a la presión de estas masas, se procesa el presidente y la destituición institucional es la posibilidad concreta de derrocar a Bolsonaro, ¡no dudaremos y estaremos a favor de votar “sí” por su juicio político! Como fue con Collor y fue con Dilma.

Desafortunadamente, toda la izquierda con registro electoral (PSTU, PSOL, PCB, PCO, etc.) capituló ante el PT y defendió el mandato burgués de Dilma, tomando una posición en contra de su derrocamiento por el Congreso en 2016, incluso después de manifestaciones de millones en las calles, que había venido desde 2013. Ahora, esta misma izquierda se negó a llamar a Fuera Bolsonaro hasta hace unas semanas (PSTU y PSOL) o días (PT), pero ahora que ha cambiado su posición, están dispuesto a defender solamente la solución de juicio político (PSOL más y PT un poco menos). Es mucha incoherencia y oportunismo.

En este momento, tenemos que demostrar que Bolsonaro ya no está en condiciones de permanecer en el cargo, y más que eso: ¡que necesita ser arrestado! Pero Mourão fue elegido con él y es responsable de todo tanto como él. Del mismo modo, tenemos que derrocar al Congreso, que aprobó la Reforma de Pensiones de Bolsonaro y es corrupto igual. ¡Fuera todos! ¡Que no quede ninguno! Y que construimos la lucha y los comités desde abajo, en cada barrio, empresa, fábrica, escuela y universidad.

Apoyaremos el juicio insitucional sin lugar a dudas, si todo se reduce a la única forma de derrocar a Bolsonaro. Pero hoy, es esencial presentar una salida diferente, desde la base, que proponga terminar con todo lo que está allí. Nuevamente, como dijimos en 92 y 2016.