Estados Unidos amenaza invadir Haití outra vez, con la escusa de liberar rehenes estadounidenses

16 estadounidenses y un canadiense están secuestrados en Haití desde el 16 de octubre. Entre ellos, hay cinco niños. Los responsables por el secuestro son los de la pandilla 400 Mawozo, considerada como una de las más violentas de Haití y que ya lleva varios años actuando en la zona de Puerto Príncipe, (Croix-des-Bouquets), donde sucedió el rapto. Por liberar a los misioneros estadounidenses, lo secuestradores piden 17 millones de dólares.

Internacionales - November 11, 2021

16 estadounidenses y un canadiense están secuestrados en Haití desde el 16 de octubre. Entre ellos, hay cinco niños. Los responsables por el secuestro son los de la pandilla 400 Mawozo, considerada como una de las más violentas de Haití y que ya lleva varios años actuando en la zona de Puerto Príncipe, (Croix-des-Bouquets), donde sucedió el rapto. Por liberar a los misioneros estadounidenses, lo secuestradores piden 17 millones de dólares.

No es la primera vez que ciudadanos extranjeros y haitianos son secuestrados. Hasta septiembre pasado en haití se registraron más de 600 secuestros, comparados con los 231 ocurridos en 2020. La novedad está en que esta vez, el gobierno de Estados Unidos con el apoyo sumiso del gobierno de República Dominicana, encabezado por el multimillonario Luis Abinader, utiliza este último secuestro para amenazar nuevamente con invadir Haití.

En ese sentido, el subsecretario de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, Brian Nichols, se reunió hace unos días con el canciller haitiano Claude Joseph, con quien trató del caso. En su cuenta de Twitter, Nichols manifestó que está “preocupado” por sus compatriotas, pero dejó claro que su preocupación real es otra, al decir que “hay urgencia de seguir con el diálogo para las elecciones libres en Haiti”.

Es decir, para los Estados Unidos, los rehenes son un detalle insignificante en relación a la agenda política de EEUU en Haiti y toda la región del Caribe. Para el imperialismo, lo importante sería preparar quién encabezará el próximo gobierno de Haití, supuestamente elegido, pero, de hecho, designado por la Casa Blanca. En consecuencia, en Haití hay dos “crisis” desarrollandose paralelamente: la del secuestro y la del control  imperialísta del Pueblo haitiano.

En la primera crisis, el gobierno Biden anunció que los secuestrados siguen vivos y que está acompañando todo, pero también sostiene que no negociará con los captores, que piden un rescate de 1 millón de dólares por cada uno de los secuestrados, todos ellos pertenecientes a la organización religiosa Christian Aid Ministries. Es una gran mentira, pues la negociación ya está ocurriendo. El Buró Federal de Investigaciones estadounidense (FBI) ha enviado agentes a Haiti, supuestamente para localizar a los secuestrados, pero la Casa Blanca ha asegurado que evalúa “todas las opciones posibles” para conseguir su liberación.

Al mismo tiempo, los Estados Unidos preparan todas las condiciones para intervenir militarmente en Haití utilizando como trampolín la vecina República Dominicana, con la colaboración del gobierno de este país y demás sectores de poder al servicio del imperialismo. No es casual que helicópteros de guerra norteamericanos aterrizaran el pasado 3 de octubre en el aeropuerto de la ciudad norteña de Puerto Plata, República Dominicana, bajo el supuesto argumento, según el Ministerio de Defensa, de abastacerse de combustibles.

En la otra crisis, la crisis general de Haití, los haitianos son víctimas de profundos hechos de violencia, que se multiplican a la medida que el hambre, el desempleo y la miséria se incrementan. En este momento, falta combustible en el país, falta electricidad, y los millones de trabajadores, a su modo, también son cautivos del gobierno de Ariel Henry, el nuevo mandatario de Haití, luego del asesinato del dictador Jovenel Moïse y del breve gobierno de Claude Joseph, entre 7 y 19 de Julio, el cual terminó con su renuncia. Mientras eso, el senado de Haití, que estaba cerrado y ni miembros suficientes tiene, intentó garantizar su representante como presidente, “nombrando” Joseph Lambert.

El asesinato del dictador, 3 presidentes nombrados sin elección popular en un par de meses y la actual amenaza de nueva invasión imperialista al país demuestran que la burguesía y el imperialismo tratan la nación haitiana como una tierra de saqueo y rapina de recursos, explotando la mayoria de su población de una manera brutal. Es sabido que en el subsuelo del pequeño território haitiano (27 mil Kms cuadrados),  hay grandes riquezas mineras, calculadas en 20 mil millones de dólares a la espera de ser explotadas por las multinacionales canadienses, yanquis, chinas y vietnamistas asociadas a la burguesia haitiana y los círculos políticos corruptos que controlan las 100 familias millonarias de Haiti.

Solo los trabajadores y el pueblo haitiano tienen en sus manos decidir su destino

No hay salida a los trabajadores de Haití sin una revolución de los explotados, que exproprie todos los medios de producción privados, y que expulse los asesores políticos, militares y empresários del imperialismo. Esto incluye a los misioneros religiosos, muchas veces es un disfraz de agentes de Estados Unidos, y siempre agentes del capitalismo, que buscan ganar la cabeza de los trabajadores de Haiti para que no luchen y ponerlos a esperar sentados al reino de los cielos.

La lucha es por un Haití libre, soberano, sin pobreza ni explotación y para eso se debe destruir los cimientes del capitalismo, la burguesia, su régimen político y al Estado burguês en que se apoya para governar. Sólo una revolución obrera y popular, poniendo las organizaciones de lucha y resistência de los trabajadores a dirigir la sociedad, podrá Haiti cumplir con el sueño de sus libertadores, cuando rompieron las ataduras colonialistas de Francia en 1801.

República Domincana cumple el papel de sirviente del imperialismo

Después de permitir el ingreso y libre movimentación de tropas imperialistas en su frontera con Haití, el gobierno del presidente dominicano Luis Abinader emitió un comunicado vergonzoso, donde escribe que: “la regulación y el control del movimiento de personas que entran y salen del país es un derecho inalienable y constitucional del Estado dominicano (…), las bandas criminales que controlan gran parte de su territorio (Haití) impiden el abastecimiento de combustible, paralizan la actividad productiva (…), no hay condiciones internas para recuperar la estabilidad sin el auxilio de la comunidad internacional. (…) La República Dominicana no puede seguir cargando el peso de los problemas de Haití. El Consejo Nacional de Migración, en reunión sostenida en el Palacio Nacional, decidió las siguientes medidas: (…) Establecer 38 oficinas en todo el territorio nacional con el propósito de identificar a todos los ciudadanos extranjeros; Organizar reuniones con los sectores productivos para definir los procedimientos de contratación de mano de obra inmigrante; Limitar, solo a casos de emergencia, el acceso a los hospitales públicos de todo el país a los inmigrantes ilegales. (…) Los objetivos de las medidas adoptadas son los siguientes: (…) Asegurar el control de enfermedades para proteger a la población (dominicana) de posibles contágios; Disminuir la presencia de ciudadanos extranjeros ilegales en nuestro territorio.

El comunicado es un escândalo y una prueba incontestable del racismo del gobierno Abinader y de su papel de empleado del imperialismo en su plan invasor contra el Pueblo haitiano. El gobierno dominicano y la camarilla racista y xenofóbica vende la idea sobre que Haiti es un “estado fallido” e incapáz de dirigir su própio destino.

El objetivo evidente de una invasión es poner en marcha otra vez los negócios y la producción capitalista en este país, así como utilizar los haitianos en la República Domicana como mano de obra barata, sin derechos ni siquiera a la salud en los hospitales. Su plan es legitimar la presencia imperialista e incrementar sus negócios comerciales en la frontera, las maquiladoras en território haitiano y mantener militarmente custodiados los 390 kilometros de tierra que separan fisicamente a ambas naciones, para controlar cualquier tipo de contacto entre los pobladores y las protestas que se generan permanentemente em ambos lados de la zona fronteriza.

La política de los distintos gobiernos de Haiti y República dominicana junto al imperialismo es separar a la clase obrera y demás sectores populares y campesinos de la Isla para evitar que se coordinen y luchen. Temen que se unifiquen en un Frente Obrero Isleño contra la podrida burguesia nacional e imperialista, responsables de la pobreza, criminalidade, insalubridade, hambre y miséria, que padecen los hombres y mujeres de ambas naciones.

Es la unidad y coordinación isleña la que lograria, mediante la movilización, que los haitianos que emigran hacia República Dominicana se les respeten todos sus derechos y que vayan construyendo consciência de una mayor coordinación entre ellos mismos y junto al los empobrecidos de Republica Dominicana tomen em sus manos su próprio destino. Los trabajadores deben derrocar Abinader del poder! Su gobierno es enemigo de los dominicanos, de los inmigrantes y de los otros pueblos, en especial de los haitianos y del Haití. Hay que defender todos los derechos a los inmigrantes en territotio dominicano, y que sean los haitianos a decidir sobre su futuro. Y defender el Haití y la mayoria de su población pasa, también, por derrotar los gobiernos enemigos de su libertad y emancipación, a empezar por Abinader, el títere del imperialismo!